Cuando a la famosa actriz de Hollywood Estela Ponce la secuestran en un hotel de Madrid, jamás imaginó quién acabaría siendo su rescatador, su héroe. Estela no podía ver bien a aquel sexy policía todo vestido de negro, pero un comentario hecho por él le hacen saltar sus alarmas y preguntarse si realmente aquel joven que conoció en la Vegas es el mismo hombre que tiene delante.
En un impulso, que ni ella misma se explica, por descubrir la verdad, se queda de incógnito en Madrid para buscar a Juan y saber de su vida.
Juan no podía imaginar que la misión que tenía ese día lo pondría delante de Noelia, la mujer que conoció hace diez años en las Vegas. Secretamente nunca la había olvidado, cómo olvidarla cuando salía continuamente en todos los medios, y ahora verla en persona hacía que se le revolviera algo dentro de su ser. Pero ese día se dio la satisfacción de observarla a placer, dándole la seguridad que le ofrecía su uniforme, pensando que no la vería nunca más.
Qué equivocado estaba, pues cuando a esa mujer se le mete algo en la cabeza no hay quien la pare.
Juan no puede creerse que desde ese día se encuentre a Noelia por todos los rincones de su pueblo, que no pueda dar ni dos pasos y allí esté ella, siguiéndolo a todos lados. Pero Juan no quiere saber nada de la actriz, de lo que ella conlleva y que por culpa de ello se sepa el secreto que comparten ellos dos.
Noelia no puede creer que ese hombre tan sexy y guapo y que la pone a cien, la ponga también de tan mala leche. Como se atreve él a echarla de su casa, a ignorarla y a tratarla como jamás lo había hecho nunca. Pero no, ella no piensa darse por rendida y terminará venciendo ella, no sabe muy bien en qué, pero ella será la ganadora.
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